El sector está convulsionado, crisis tras crisis, que si cambio climático, que si excedentes, que si precios bajos para la uva, que si precios bajos en el vino, etc., etc., ahora en Rioja, lo que faltaba, subvenciones a bodegas que van desde los irritantes 2,17 millones de euros a Pernod Ricard, pasando por los más de 217.000 euros a Muga y los más de 296.000 al grupo Eguren, vergüenza les tenía que dar, empresas que ganan dinero a expuertas y cobrando subvenciones para destilar vino que ¿no son capaces de vender?, pues que se dediquen a otra cosa. Lo de la multinacional clama al cielo, el año pasado facturó 12.000 millones de euros!!!, y ahí está cobrando ayudas a la destilación y luego viticultores honrados que cobran una miseria por sus uvas, que en muchos casos no llegan al precio mínimo para cubrir gastos, pasándolas putas.
Cuando las cosas van tan mal, solamente salen a flote los de siempre, gente sin escrúpulos, sinvergüenzas a los que toleramos todo y encima defendemos en nuestras reuniones familiares, de amigos o profesionales, que curioso es el ser humano, la inmensa mayoría solo se preocupa de lo suyo, después también de lo suyo y más tarde otra vez de lo suyo. El mundo del vino afecta de alguna manera a todos, agricultores, elaboradores, comerciales, importadores, prescriptores, almacenistas, especuladores y por supuesto al cliente final, ese bebedor, ocasional sin otro objetivo que pasar el rato bebiendo en compañía de amiguetes el vino que le recomendó la vinoteca o en algunos casos el encargado de los vinos en una gran superficie o aquellos otros que son aficionados con mayor o menor conocimiento de causa, pero todos cuando tienen que defender un vino, no piensan en quién lo elabora o que esconde detrás de su imagen de hacedor de vinos más o menos famoso, eso no importa, si paga las uvas a un precio bajo, si piratea o boicotea a pequeños elaboradores, si paga a revistas y prescriptores para que lo puntúen alto, todo eso ocurre aquí y en el resto del mundo, no importa, lo único es disfrutar de nuestro vino favorito y ensalzar sus virtudes o al menos aquellas que consideramos virtudes, aunque para otros sean defectos.
Ahora en Rioja se plantea la posibilidad de arrancar viñas, cosa que no gusta a Grupo Rioja y proponen Bodegas Familiares, que recientemente abandonaron la mesa del consejo regulador, lío tras lío, intereses cruzados y poco o ningún apoyo a las pequeñas bodegas, viticultores y jóvenes enólogos en busca del vino honesto. Lo siguiente puede ser que tal y como está el patio político, el PNV le pida a Sanchez que para apoyarle en la investidura deberá autorizar su propuesta sobre “Viñedos de Álava”, que sería la guinda de un pastel que al final se nos va a indigestar a todos.
Pensando en alto, creo que hay demasiado vino en el mundo, el consumo no crece, sino que más bien decrece y está claro que la tendencia no es al alza. Luego la propuesta de Bodegas Familiares me parece acertada, más cuando este año se han destinado en Rioja 15 millones de euros para mandar vino a destilar, como informaba al principio de esta columna.
La vida continua, las plantaciones están ahí, las grandes bodegas también, habrá que reinventarse, no sé cómo, pero algo hay que hacer, arrancar, legislar, mantener precios acordes al conjunto del sector y sobre todo ser honrado, justo, íntegro, cabal y leal a los principios que quiero suponer alguien intentó trasmitir a esos que ahora van de campeones, controlando el sector que cada vez tiene una brecha más y más profunda. Veremos.