Por todos o casi todos es aceptado que los puntos que se otorgan a los vinos son sinónimo de calidad, a mayor puntuación, mayor calidad o así debiera de ser ¿no?, pues yo creo que no, tanto los gurús, como revistas del sector como otras tantas calificaciones que se otorgan, ya sea medallas, diplomas o vaya usted a saber en el cada vez más amplio abanico de concursos no siempre reflejan la elaboración, estilo, varietal u otras formas de entender lo que es calidad.
Es curioso que siempre están los mismos en el pódium de los mejor puntuados, salvo honrosas excepciones, mediáticos como Álvaro Palacios, prestigiosos como Peter Sissek, clásicos como Vega Sicilia o los hasta ahora un tanto olvidados vinos del marco de Jerez. Bueno pues quiero romper una lanza por los vinos que yo he probado, que son muchos y hacer mi propia clasificación de puntos imaginarios en un contexto meramente placentero, no de cata, si no de degustación, que para mí no es lo mismo. Normalmente los puntuadores o examinadores, porque cada vez parecen más esto último que otra cosa, catan los vinos y puntúan, es imposible que puedan degustar los mil y pico, como poco, vinos que vienen a calificar con la nota correspondiente.
Siendo aficionado a este maravilloso mundo del vino, no queda otra que investigar, probar y dejarse aconsejar por profesionales que no estén sometidos a los vaivenes de las grandes firmas, existen vinos de diferentes denominaciones españolas con producciones muy pequeñas que por un justi-precio ofrecen vinos espectaculares, no tenemos que ir a los 100 €, de momento, porque tal y como van las cosas los costos de elaboración se están disparando, pero bueno, todavía encontramos grandes vinos por menos dinero, me fastidia dar nombres, porque existen muchísimos elaboradores que merecerían estar en esta líneas, pero poco a poco iremos citando a más y más y más….
En La Rioja encontramos a Pago de Larrea, con vinos maravillosos, frescos, con la tipicidad propia de su origen, en este caso Elciego, Mendieta Osaba, de Lanziego, con sus vinos de parcelas con baja producción y uno de los mejores mazuelos que he probado, Bodegas Forcada, de Rincón de Olivedo, si quieren probar una garnacha diferente, que toca las alturas de la excelencia no lo dude, David es un fenómeno elaborando y su blanco con 4 meses de barrica, cada añada mejora a la anterior.
En Ribeira Sacra, Ponte da Boga, con Rubén al frente, tiene unos vinos para quitarse el sombrero, su mencía joven, las elaboraciones de variedades autóctonas como la merenzao, brancellao o Sousón merece la pena conocerlas, al igual que el recuperado Blanco Lexitimo, bien hechas y sorprendentes.
En Grados se abre un abanico de jóvenes elaboradores que, siguiendo los pasos de Comando G, están revolucionando el sector, sus garnachas de elevada altitud son fiel reflejo de lo que digo, cada vez más golosas y mejor elaboradas, además no pierdan de vista a los blancos elaborados con albillo real, reflejo de lo que digo son las bodegas Rico Nuevo, Las Pedreras o Amigos de Tiempo, tienen referencias que harán las delicias en cualquier comida o reunión que se tercie.
En Bullás, Pepa, de Bodegas Balcona nos ofrece vinos honestos, monastreles con la personalidad arrolladora de la variedad y una cuidadoso mimo a la hora de trabajarla refleja el poder de estos vinos, el valle del Aceniche hace el resto.
Podemos cambiar de aires e irnos a Monsant donde Coca i Fito, trabajan el coupage de forma precisa para sacarle el máximo partido a las garnachas, cariñena o syrah y reflejar toda la esencia del territorio donde cultivan los viñedos.
En fin, de momento esto es todo, volveremos para seguir escribiendo sobre diferentes vitivinicultores, ahhh! Y otra cosa, para mi todos los anteriores son 100 puntos, salud!!!